En su devoción a Cristina Kirchner, la senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti busca, a contrarreloj, involucrarse en la interna del peronismo. Enfurecida por la rebeldía de los intendentes justicialistas, Sagasti no puede disimular su enojo al no estar incluida en el grupo de WhatsApp “Re-armando el peronismo”.
La senadora se enfrenta a una realidad incómoda: el peronismo en su conjunto ya no respalda a La Cámpora. Desde las entrañas del movimiento sostienen que siempre son los mismos cinco quienes controlan el juego, sin permitir la inclusión de nuevos actores. Además, argumentan que Sagasti debe reconocer que los mendocinos le han dicho «no» en cuatro ocasiones, y que podría experimentar un quinto rechazo en 2027 si sigue insistiendo. Para recuperar el poder en Mendoza, Sagasti sostiene que el peronismo debe cambiar sus métodos electorales y unificarse, alejándose de las divisiones internas.
Su furia se intensificó al enterarse de la reciente reunión de intendentes que apoyan a Emir Félix, donde se discutió la posibilidad de desdoblar las elecciones, un tema que el kirchnerismo no consideró. Mientras los intendentes se centran en retener sus comunas y blindar los Concejos Deliberantes, Sagasti propone que deben ir a elecciones junto con el gobierno nacional.
La situación se complica aún más para La Cámpora tras enterarse del apoyo de tres intendentes mendocinos al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. El diputado nacional Martín Aveiro y los intendentes Emir Andraos, de Tunuyán, y Flor Destéfanis, de Santa Rosa, asistieron a un acto en protesta por los “500 días sin obra pública” durante la gestión de Javier Milei.
El respaldo de estos mendocinos a Kicillof y su espacio político, el Movimiento Derecho al Futuro, enciende aún más la interna del peronismo en Mendoza. Destéfanis, quien es vicepresidenta del PJ y parte de las reuniones de los intendentes rebeldes, se ha consolidado como una figura en ascenso en la política provincial.